20120810

A veces es una tristeza... que estos poemas míos iban a ser de otros


Quién hubiera dicho
que estos poemas de otros
iban a ser
                 míos

después de todo hay hombres que no fui
    y sin embargo quise ser
si no por una vida al menos por un rato
    o por un parpadeo

en cambio hay hombres que fui
    y ya no soy ni puedo ser
y esto no siempre es un avance
    a veces es una tristeza

hay deseos profundos y nonatos
    que prolongué como coordenadas
hay fantasías que me prometi
    y desgraciadamente no he cumplido
y otras que me cumplí sin prometérmelas

hay rostros de verdad
que alumbraron mis fábulas
rostros que no vi más pero siguieron
    vigilándome desde
    la letra en que los puse

hay fantasmas de carne  otros de hueso
también hay los de lumbre y corazón
o sea cuerpos en pena almas en júbilo
que vi o toqué o simplemente puse
a secar
            a vivir
                        a gozar
                                      a morirse
pero además está lo que advertí de lejos

yo también escuché una paloma
    que era de otros diluvios
yo tambén destrocé un paraíso
    que era de otras infancias
yo también gemí un sueño
    que era de otros amores

asi pues
desde este misterioso confín de la existencia
los otros me ampararon como árboles
con nidos o sin nidos
                                    poco importa
no me dieron envidia sino frutos

esos otros están
                            aqui

sus poemas
son mentiras de a puño
son verdades piadosas

están aqui
                  rodeándome
                  juzgandome
con las pobres palabras que les di

hombres que miran tierra y cielo
a través de la niebla
o sin sus anteojos
también a mí me miran
con la pobre mirada que les di

son otros que están fuera de mi reino
claro
        pero además
                                estoy en ellos

a veces tienen lo que nunca tuve
a veces aman lo que quise amar
a veces odian lo que estoy odiando

de pronto me parecen lejanos
                                                    tan remotos
que me dan vértigo y melancolía
y los veo minados por un duelo sin llanto
y otras veces en cambio
    los presiento tan cerca
que miro por sus ojos
    y toco por sus manos
y cuando odian me alegro de su rencor
y cuando aman me arrimo a su alegría

quién hubieradicho
que estos poemas míos
iban a ser
                de otros.


Mario Benedetti

No hay comentarios: