20100330

El lado oscuro del corazón

Este lapso de tiempo viviendo en el impasse de tener y no tener, de esperar y a veces recibir, de querer y no poder, me empuja durante muchas horas, días y noches a buscar un poco de evasión, a veces en la lectura, y otras muchas, en la televisión.

La rutina es sencilla: zappear sin sentido, viendo fragmentos de muchas cosas, rendirse al tedio... dormir, despertarse, despabilarse, continuar... Buscar opciones para ver en la tele. Sacar el cartapacio de los dvds piratas. Y repetir algunas películas, hasta encontrarme de nuevo con esa que trato de evitar: El lado oscuro del corazón.

Y es que me afecta verla, me afecta escuchar los poemas de Benedetti, de Girondo y de Gelman. A veces, me preocupa que tanto en la película como en la vida real, nuestra búsqueda del amor, siempre se realiza en los lugares conocidos/habituales para nosotros, quizá algunos de ellos cercanos a la decadencia. Pareciera, que no buscamos a alguien diferente a nosotros, sino más bien a alguien que se nos parezca, quizá por eso NO vamos a otros/diferentes lugares en esa búsqueda.

También me doy cuenta, que los poetas (algunos), cultivan cierta turbulencia, cierta perversidad, cultivan esa preferencia por la noche y sus excesos. Y contrariamente, quizá todos esos gustos y excesos tienen como fin, la evacuación de poemas de mucha ternura y de mucho corazón.

--Aquí les dejó este poema del lado oscuro del corazón:

Llorar a lágrima viva
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología,
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
Oliverio Girondo

--Y este diálogo de la película:

¿Cómo amar sin poseer? ¿Cómo dejar que te quieran sin que te falte el aire?, amar es un pretexto para adueñarse del otro, para convertirlo en tu esclavo, para transformar su vida en tu vida. ¿Cómo amar sin pedir nada a cambio, sin necesitar nada a cambio?

3 comentarios:

El Coyote dijo...

Saludos mister, busqué su Blog cuando salio usted en el reportaje de la television, por demás está decirle que su trabajo me pareció interesante, de esa cuenta lo tengo entre los sitios que sigo con regularidad, pero hoy ha dado usted una estocada donde más duele, en el corazón!


No he tenido la dicha de ver la pelicula que menciona en su entrada (por cierto ya la estoy buscando) pero sus palabras y el dialogo que escribe al final me han bastado para mantenerme pensativo todo el día.

Saludos y adelante.

Villacinda_ dijo...

Vos coyote, yo te paso la lica... mandame tu mail y nos ponemos de acuerdo

El Coyote dijo...

rova27@gmail.com

Orale, escribime y nos ponemos de acuerdo.