Tuve una certeza fulminante: cada uno tenía una "misión", pero ésta no
podía ser elegida, definida, administrada a voluntad.
No existía ningún
deber, ninguno, para una persona consciente, excepto el de buscarse a sí
misma, afirmarse en su interior, tantear un camino hacia adelante sin
preocuparse de la meta a la que pudiera conducir.
Lo que importaba era
encontrar el propio destino, no un destino cualquiera, y vivirlo por
completo.
Demian
Herman Hesse
20140602
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario