Recién volvimos del paseo dominguero... Pasamos a saludar a la abuela Blanca; a darnos un rol por la Betamax... pero no fue suficiente, mis chicos exigieron un poco más de diversión. Ante la sugerencia del pequeño Lucas, nos dirigimos al cerrito del Carmen, ¡chilero!
Después de sudar la camiseta en el playground, nos aventamos una vueltecita por la feria instalada en las inmediaciones del serrucho. Todito de todo: los churros, las manzanas forradas de dulce rompedientes, elotes locos, lotería, tiro al blanco...
Regrese a mis andanzas de patojo por la feria de Santa Marta... Sip!, de nuevo NO falle con el rifle y me traje un gato peluchoso de Paquistán...
Si se animan a echar el rol, yo los acompaño. :)
2 comentarios:
que viva el ser chirizes de nuevo aunque sea por un rato!
Soy fanática de las ferias...y, aunque no lo crean, no he ido al cerrito....NUNCA!, quiero conocer
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