20081124

El inventario de Dios...


Recientemente estuvo por las tierras de Chapinlandia Felipe Taborda. En una de sus pláticas nos presento el libro que el había diseñado acerca del trabajo de Arthur Bispo do Rosário.

Apenas si nos explico un poco sobre este señor, curioso que es uno, inmediatamente me vine a buscarlo en el internet. Maravilloso!

Les dejó un texto que explica la misión que le fue encomendada por Dios y algunos links de su obra...

Ojalá como a mi, les embargue la misma emoción... Se han puesto a pensar, en el inventario de maravillas que cada uno de ustedes posee?

Arthur Bispo do Rosário
Con su obra fulgurante nos viene de Sergipe, uno de los lugares más recónditos del gran y pobre nordeste brasileño. Se discrepa en la fecha de su nacimiento, 1909 o 1911, pero no en la de su partida, el 5 de julio de 1989. Carabinero de la marina de guerra, púgil —llega incluso a campeón latinoamericano de peso ligero—, un 22 de diciembre de 1938 sus arduos vagabundeos laborales terminan, abruptos, con una visión: Cristo se le aparece acompañado por siete ángeles aureolados de azul. Bispo erra dos días por las calles de Rio y se presenta ante el monasterio de San Bento como enviado del Señor.

Los monjes lo conducen al hospital psiquiátrico. En 1939 se repite la visión. Esta vez los ángeles le ordenan una misión: presentar a Dios una representación, una suerte de inventario del mundo para el día del Juicio Final.

Diagnóstico; esquizofrenia paranoide e internación definitiva en la Colonia Juliano Moreira.

Hoy día sus realizaciones son conservadas como obras maestras del patrimonio cultural brasileño y se las arrebatan los museos del mundo. Pero Bispo nunca se consideró artista, nunca supo las corrientes ni las vertientes del arte contemporáneo del siglo XX.
En lo personal rechazó los medicamentos y la más mínima intervención psicoterapéutica. Se entregó alma y vida durante cuarenta años a cumplir con su "misión".

Su material de trabajo se fue constituyendo con los desechos del hospital, acumulados con ardor: cartones, maderitas, peines, juguetes de plástico utensilios de cocina, ropa vieja, zapatos, botellas, telas. Sin olvidar un lecho con mosquitero para los juveniles amores de Romeo y Julieta.

Bispo do Rosário borda también lienzos en rústicas sabanas con el hilo del hospital, de color azul, el del aura de sus ángeles. Y elabora nóminas sin descanso, antes de que las barra el olvido, antes de que Dios no sepa cuanto Bispo tiene el deber de recordarle.

Utopías, caprichos, avideces que los hombres atesoran. Sin olvidar las ruinas del inconsciente al aire libre que Bispo evidencia sin que pasen por el filtro censor de la razón.

Inventarios laberínticos, oriflamas con los nombres de calles, de pesos y medidas, de sistemas políticos. Maquetas de navíos, planos de ciudades. Y para cuando vio que se acercaba la hora de defender su estado de cuentas, su balance arqueológico ante el más allá, se confeccionó "Mantos de presentación", piezas clave de su obra.

Tomado de Letralia.com
Fotografías por Claudio Rocha

1. Arthur Bispo do Rosario - Biografía
2. Imagenes de su obra
3. Galería de su obra



2 comentarios:

el VERDE !!! dijo...

es q hay q star loco pa escuchar a las musas y saber materializar la seducción que hacen a nuestros sentidos.

Gabriel Arana Fuentes dijo...

lo que me sorprende es la capacidad del hombre para sacrificarse por si mismo. Él tuvo que fingir ciencia infusa para hacer su trabajo y así ser tomado en cuenta y garantizarse tres tiempos de comidad... O tal vez no fingio?

Los únicos que nunca han fingido son los chacales de los museos