20220816

De repente y sin anuncio

Hablaba a mil por hora de las peculiaridades del pangolín, los invertebrados y del llamado luminoso de la luciérnaga. 
Tenía sabor a chocolate y manía, coco con limón y a fresa con sandia. 
Su cuerpo olía a días de mar y a fresca mañana de montaña. Se iba como venía, de repente y sin anuncio de despedida.

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