Me imagino que en algún momento llegamos a pensar que teníamos entre manos la próxima ‘Rolling Stone”… Soñar es fácil, pero enfrentar la realidad que nos cobija es otra cosa. Quizá menos coloridad e inevitable.
Lo que empezó como una necesidad de información se concretó en un suplemento que coaguló muchas aportaciones de todo tipo y eso debido a que no existieron muchos requisitos para ser parte de esta publicación: desde un ingeniero en sistemas hiperactivo, hasta una militante feminista que baila reggaetón, en medio, el resto. Una fauna exhuberante que desfiló viernes con viernes en las reuniones de planificación. Dificil ponernos de acuerdo, pero aún más dificil, saber que no lo seguiremos haciendo.
Ser joven no tiene que ver únicamente con ir a la escuela, si no engloba muchos otros factores, y es allí donde reside la preocupación de que no existan espacios para la expresión de toda la gente que comparte lo mismo: mostrar lo que ellos piensan, padecen y sufren.
Nosotros ya tuvimos nuestro turno, es hora de que alguien más piense en la posibilidad de crear una nueva propuesta que refleje esa realidad. El éxito de estas publicaciones reside más allá de la cantidad de contenido no editorial, se nutre de los aportes, de los comentarios, del apoyo, de las llamadas telefónicas, de los ‘mails’, de los saludos, del verdadero interés de los lectores por el producto.
En Guatemala actualmente se cocinan muchas intenciones y de eso se trata el asunto; al final no importa cuánto tiempo circulen, lo que importa es que sigan existiendo, la historia es una concatenación de sucesos, donde el lapso en que se desarrollan, no es lo más importante.
El motor de todas estas intenciones seguirá siendo las nuevas generaciones que vienen, en donde la rebeldía y búsqueda de expresión, estarán siempre presentes.
En definitiva, dejamos el experimento no sin antes agradecer a todas aquellas personas que pensaron más allá de lo que se puede y/o debe hacerse, a las personas que se lanzan al vacio sin pensarlo dos veces. A Guillermo Fernández, quien tomó todos los riesgos y que muchas veces respiró profundo y contó hasta mil cada viernes.
A todos ustedes, a los creyentes del agua clara, a los artistas, a los diseñadores, a los creativos, a los locos, a los jóvenes de corazón, a los que se atreven, a los inconformes y a los que dudan...
Muchas gracias,
Nos vemos en el otro lado...
_Villacinda
-Abril 2005-
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