20120709

Comete tu mierda

De mi papá los recuerdos llegan hasta casi cuando yo tenía 13 años, era un campesino que había venido a la ciudad a trabajar, nunca supe si estuvo interesado también en estudiar. Era un hombre común que curiosamente encontró una profesión teñiendo textiles en una fabrica de telas.

Recuerdo muchas cosas de él, recuerdo que siempre me recomendó el dibujo, él trabajaba en Lacetex, y ahí veía como el trabajo de dibujante de telas era bien remunerado. Le gustaba el guaro, no era un borracho escandaloso. Los días de pago casi siempre llegaba acompañado de sus tragos y además con la disposición de acabar con el octavo de venado, indita o balalaika que generalmente traía consigo.

Se sentaba a la mesa y sacaba de su maletín tortillas y chicharrones, nos mandaba a traer el tocadiscos ( a mi hermano y a mi) y su inacabable Lp de los Miramar, que una vez puesto sonaba y sonaba.

Platicamos muy pocas veces, era más bien callado y algo brusco. Aunque con el guaro entre pecho y espalda, le daba por consentirnos, de esa cuenta, yo aprovechaba la ocasión para pedirle crayones, marcadores o lapices. Y de su mano y traspies, íbamos a la librería a cumplir la solicitud.

Recuerdo que era un hombre de no muchas malas palabras, al contrario de mi mamá. Muy pocas veces a mi papa -don Tono- se le escuchaban groserías. Aunque había una en particular que él utilizaba con cierta frecuencia; yo la escuchaba y me imaginaba cosas feas, sin embargo con el tiempo, entendí que en algunos casos, tal sentencia era justa y necesaria.

A veces dentro de mi, y en situaciones donde la casaca, la justificación y la falta de conciencia se esgrimen con facilidad...  suena la voz de don Tono Villacinda,  sentenciando con toda tranquilidad: comete tu mierda...

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