A veces la tristeza tiene sabor a centavo. Sabor a almuerzo solo o madrugada fría sin compañía. Aunque uno intente disfrazarla de cualquier manera, ella toma ventaja y actúa con alevosía.
Esa, que a veces a uno le niegan, pero sobretodo esa, que uno NO espera.
20101022
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario